Recientemente, nos reunimos con el Dr. Marcos A. Orellana, Relator Especial de Sustancias Tóxicas y Derechos Humanos de las Naciones Unidas, para abordar la grave amenaza que representa el mercurio para la supervivencia de los Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI). La contaminación por mercurio, originada principalmente por la actividad minera, está afectando de manera devastadora los ríos y bosques de los que dependen estos pueblos para su subsistencia, poniendo en riesgo no solo su vida, sino también su cultura.
En esta reunión, acordamos trabajar en conjunto para desarrollar una hoja de ruta que permita eliminar el uso de mercurio en la Amazonía y garantizar la protección de los derechos de los PIACI. Es fundamental actuar con urgencia, dado que la contaminación por mercurio sigue siendo una grave preocupación en Sudamérica.
La Amenaza del Mercurio en Sudamérica
Según un informe de Mongabay Latinoamérica, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú son parte del Convenio de Minamata, pero los efectos del mercurio continúan siendo devastadores en estos países. Bolivia se posiciona como el segundo emisor de mercurio en América Latina, y los impactos de esta contaminación están llegando a las comunidades de Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial.
La minería artesanal e ilegal son las principales fuentes de contaminación por mercurio. A pesar de que su uso a gran escala se descontinuó en la década de 1960, la búsqueda de oro sigue provocando el vertido de mercurio en suelos y fuentes de agua. Esto ha generado enfermedades, muerte y la destrucción de bosques en diversas regiones de la Amazonía.
El riesgo para la salud es especialmente alto en áreas donde los peces constituyen la base de la alimentación de las comunidades locales. En la Amazonía brasileña, boliviana, peruana, ecuatoriana, colombiana, venezolana, guyanesa y surinamesa este problema es crítico. Entre 2005 y 2016, las importaciones de mercurio en Bolivia aumentaron 646 veces, pasando de 369 kg a 238,330 kg. Esta alarmante cifra refleja la magnitud del problema y su impacto en la salud y bienestar de las comunidades indígenas.
Es urgente que todos nos involucremos en la defensa de los derechos de los PIACI y en la lucha contra la contaminación por mercurio.
La protección de nuestros ríos y bosques es esencial para garantizar el derecho a existir de los Pueblos Indígenas. Juntos, podemos trabajar para un futuro donde la Amazonía esté libre de contaminación y donde las culturas indígenas puedan florecer sin amenazas externas.
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